Si bien se verificaban cambios regresivos en la Justicia neuquina, oportunamente denunciados y enfrentados por el SEJuN, la admisión del Jury contra el Fiscal de Cámara Ricardo Mendaña y su inmediata suspensión en el cargo, profundiza un capítulo horroroso del Poder Judicial.
Más allá de los argumentos formales, la decisión del Jurado de Enjuiciamiento recoge la exigencia del poder político, en el marco de su proyecto totalitario, de perseguir y sancionar a los disidentes, a los que piensan distinto, a los que sustentan visiones críticas.
De igual manera el T.S.J. viene persiguiendo a militantes del SEJuN mediante sumarios administrativos y restricciones a la actividad sindical, que están en línea con el intento de disciplinar y acallar toda voz opositora.
Y continúa con el mecanismo corrupto de las prácticas rentadas, de la recategorización a dedo de empleados y funcionarios adeptos al poder y la destrucción de los mecanismos transparentes y constitucionales de acceso al empleo, como el ingreso y ascenso por concurso.
Estamos en presencia de un proyecto autoritario y excluyente al que debemos contraponer un proyecto inclusivo, democratizador, con justicia distributiva y participación ciudadana. Para ello es imprescindible tener la grandeza e inteligencia de articular lo diverso y plural, antes que sea tarde y se consolide la ignominia.
Es el tiempo de la más amplia unidad de los sectores de la cultura, las iglesias, de las organizaciones sociales y políticas, y de toda la ciudadanía decente, para transformar el NO al proyecto del gobierno en un SI colectivo que afirme un nuevo proyecto de estado y sociedad.