Durante la noche de ayer, en la Casa Judicial de la Asociación Judicial de Entre Ríos (AJER), se realizó un emotivo homenaje al “Negro” Villarruel, quien dedicó su vida a la militancia gremial.
Con la presencia de su esposa Erika, de familiares directos y de un nutrido número de trabajadores judiciales, se descubrió una placa que consagra con el nombre del homenajeado al Salón principal de la Casa Judicial ubicada en la capital provincial.
Néstor Minatta, Secretario General de AJER, leyó un acertado perfil “del querido Negro" destacando, más allá de afectos y subjetividades, los valores concretos y ejemplares que él encarnó en su palabra, en sus convicciones y en su práctica diaria.
La noche se convirtió definitivamente en festejo con la presentación de actividades artísticas cuyos talleres funcionan en la sede sindical. Hubo danza contemporánea y tango, destacándose la trabajadora judicial Sandra Anzola, quien junto a su esposo bailaron al ritmo del dos por cuatro.
El final estuvo a cargo del coro "Cable a Tierra", surgido como canal de energía y tabla de salvación en los negros tiempos de la salarios flacos y bofes, “Bono Federal”.
Los judiciales entrerrianos cerraron así un año de lucha e importantes conquistas, como el reestablecimiento de la ley porcentual y la democratización del Poder Judicial a través de su participación en el Consejo de la Magistratura.
Manteniendo viva la memoria y con la alegría de quién se siente protagonista en la construcción de un futuro mejor, la AJER despidió un 2004 dificil de olvidar.