De este evento participaron por Argentina los compañeros de la FJA Jorge Izquierdo, Víctor Mendibil y Rafael Rubio, el secretario adjunto de ATE Nacional, Julio Fuentes y Leonardo Cardozo del mismo gremio, y los compañeros del sindicato de Comercio de La Matanza Ana Lievez y Adalberto Stenfeld.

El evento internacional decidió designar un Comité Coordinador O Grupo de Trabajo permanente del Encuentro Nuestra América que quedó integrado, además de la anfitriona Central de Trabajadores del Ecuador (CTE), por Joao Batista (CTB, Brasil), Juan Castillo (PIT-CNT, Uruguay), María Pimentel (CGTB, Brasil), Raimundo Navarro (CTC, Cuba), Patricia Coñoman (Contextil, Chile), José Rodríguez (Coordinadora Sindical, Puerto Rico), Ramón Carmona (FSM América, Cuba), Víctor Mendibil (CTA, Argentina) y Mario Human Rivera (CGT, Perú).

Para Jorge Izquierdo se trató de “un encuentro muy positivo porque ha sido un ámbito de reflexión y organización pluralista donde el objetivo ha sido la lucha contra el neoliberalismo y por una nueva sociedad”.

“Los delegados de todos los países –agregó- coincidimos en impulsar esa lucha con los principios de los trabajadores y sin buscar las complacencias del Banco Mundial, del FMI y de las organizaciones internacionales que maneja el imperio”.

Una de las peculiaridades de esta reunión de Quito –sostuvo luego- “ha sido que nosotros no aceptamos meter a los patrones dentro de la organización internacional de los trabajadores y que tenemos dentro del pluralismo una concepción avanzada integrando en la lucha contra el neoliberalismo y sus injusticias no solo a las organizaciones sindicales sino también a las organizaciones sociales”.

Víctor Mendibil, que fue designado uno de los miembros del Grupo de Trabajo permanente, señaló que en Quito hubo una numerosa participación de delegados de distintas centrales de América latina y del Caribe y de organizaciones sindicales, entre ellas de Estados Unidos, con la presencia de veedores de países europeos y de China, “Realizamos este encuentro de Nuestra América –destacó- al calor de los nuevos vientos que soplan por nuestro continente, con los procesos que se consagran con las autonomías nacionales, las situaciones de Bolivia, Venezuela, Ecuador, y en ese marco el Encuentro de Quito asume gran trascendencia porque apunta a construir un camino diferente al que nos han propuesto las fusiones que a nivel mundial han orientado algunas de las históricas corrientes sindicales”.

En este sentido, Mendibil sostuvo que “este encuentro tuvo el objetivo de tener una iniciativa superadora frente a planteos sectarios o excluyentes de determinadas corrientes sindicales en función de su posición ideológica”.

La representación congregada en Quito fue diversa. “Yo valoro -dijo- que de Argentina hayamos estado compañeros de la FJA o de ATE o compañeros de Comercio de la zona oeste adherida a la CGT, junto a la adhesión de muchas organizaciones que no pudieron concurrir por compromisos ya asumidos o por razones económicas”.

Mendibil se extendió luego en la consideración de lo que consideró uno de los puntos centrales: “El debate que se instaló -explicó- fue el de construir una unidad de las representaciones sindicales, de las centrales presentes –PIT/CNT, la de Perú, Chile, Brasil, Ecuador, del Caribe, Máxico, la CTC de Cuba, en total once centrales sindicales- pero no solo eso. Ha sido muy importante –subrayó- que hayamos planteado en Quito la unidad de acción también con los movimientos sociales. Porque en América latina –agregó- una de las nuevas cuestiones que caracterizan esta etapa es la dinámica muy particular, muy confrontativa con el sistema capitalista y las políticas neoliberales, que le da a la lucha la participación de los movimientos sociales”.

“Este planteo de acción conjunta asumida en Quito –comparó Mendibil- nos acerca mucho a la idea que sostenemos desde la CTA de unir a la clase, y la clase se expresa hoy a través de los sindicatos y también en los movimientos de desocupados, indigenistas y en una serie de movimientos sociales”.

Mendibil destacó luego el ánimo unitario que imperó en Quito: “Se aprobó un plan de acción haciendo propias las luchas y jornadas de amplitud continental que están planteadas por diferentes organizaciones sociales. Pero –advirtió- el Encuentro de Nuestra América no quiere hacer de eso una fotografía sin mayor trascendencia, que solo se sintetiza en una buena declaración, sino que fuimos e iremos más allá, vamos a debatir y a trabajar sobre la base de la acción para enfrentar mejor las políticas de disciplinamiento que trata de imponer el imperialismo, para confrontar con las políticas guerreristas de Estados Unidos y sus agresiones desde Colombia hacia Ecuador o Venezuela, o contra la política de desestabilización hacia el gobierno de Bolivia y en América Central”.

“Por lo tanto –sintetizó-, en Quito se definieron claramente políticas de acción que se irán desarrollando de aquí en adelante, y en esta dirección Nuestra América se sumó al plan de acción que definió la CLATE en la reunión de su Comité Ejecutivo y lo incorporó como propio”.

Como integrante del Grupo de Trabajo permanente del Encuentro, Mendibil habló acerca del futuro de este espacio. “Considero otro hecho importantísimo –señaló- que hayamos aprobado darle continuidad a este espacio pero sin constituir ninguna nueva organización, solamente quedó conformado un Grupo de Trabajo con compañeros de distintos países, entre los cuales tengo el privilegio de haber sido designado, que tiene como responsabilidad la coordinación y convocatoria para que el próximo año en Brasil volvamos a reeditar este Encuentro y darnos nuevas tareas”.

Concluyó Víctor Mendibil señalando que la reunión de Quito “tuvo la cantidad y calidad necesaria para trasformar lo que era una diáspora, en un proceso de acumulación de organización popular y de unidad de la clase trabajadora. Hemos vivido –añadió- una experiencia muy valiosa y alentadora. Para los que militamos en organizaciones sindicales tradicionales, pero también para los nuevos movimientos sociales, el Encuentro de Nuestra América nos plantea la unidad de la clase más allá del pensamiento religioso o ideológico de los que participamos, para enfilar juntos a un objetivo de justicia social y liberación”.

(*) ver CARTA DE QUITO: “Unir a la clase trabajadora de América y elevar su protagonismo” en http://www.fja.org.ar/19/spip.php?article713