En julio de 1889, el Congreso en París de la Segunda Internacional, instituyó el "Día Internacional del Trabajador" para perpetuar la memoria de los hechos de mayo de 1886 en Chicago cuando los trabajadores organizaron una movilización popular en reclamo de la jornada de ocho horas en una época donde se trabajaban entre 12 y 16 horas por día.

La mayor potencia capitalista respondió brutalmente. Fraguó un atentado y encarceló a un grupo de militantes populares en los que intentó escarmentar a la clase trabajadora de los Estados Unidos y del mundo.

Los referentes de los trabajadores Adolph Fisher, Augusto Spies, Albert Parsons y George Engel fueron ahorcados el 11 de noviembre de 1887. Louis Lingg prefirió suicidarse en la prisión.Miguel Schwab y Samuel Fielden fueron condenados a prisión perpetua y Oscar Neebe a 15 años cárcel.

Aquel terrorismo de Estado y aquella Justicia cómplice han sido instrumentos permanentes del capitalismo y las oligarquías. Los utilizaron las dictaduras genocidas aquí y en otros países del continente, y continúa siendo instrumento del neoliberalismo. Los invasores lo practican en Irak y Bush ratifica las torturas como método "legal" para reprimir a los pueblos del mundo, y especialmente en América latina, que libramos una lucha –cada día más exitosa- por desprendernos de las ataduras de la dependencia y la injusticia social.

En nuestro país el 1 de Mayo ha sido conmemorado desde los inicios, desde aquel 1890 en que se realizaron por vez primera las manifestaciones conmemorativas en Buenos Aires, Rosario, Bragado y Bahía Blanca.

Desde entonces y en múltiples ocasiones los trabajadores sufrimos persecuciones salvajes, secuestros, torturas y desapariciones, amenazas de despidos, rebajas salariales, precarización laboral. Las armas del poder continuaron descargándose sobre los trabajadores.

Pero cada 1 de Mayo sirvió para decir que jamás hemos bajado los brazos, para gritar que la lucha continúa.

Asistimos a un momento sumamente delicado de la realidad argentina, el neoliberalismo se reagrupa y somos testigos de un proceso de incremento de los precios de la canasta familiar por la acción especuladora de unos pocos oligopolios que tienen el control de la producción y del comercio exterior.

Contra ellos, las retenciones son medidas correctas pero insuficientes. En este Día Internacional de los Trabajadores insistimos entonces en sostener que deben abandonarse las prácticas del economismo neoliberal y del "libre mercado" para abrir las puertas de un nuevo sistema donde rija la justa distribución de los ingresos, donde impere el derecho de los trabajadores, y donde plantemos bandera sobre los hidrocarburos, la minería, el comercio exterior, los puertos, la energía y la industria de la alimentación.

Si no se atacan las causas, si no se opera contra los monopolios que dominan precios y mercados, no habrá fórmula que acabe con la inflación y tantos otros males que golpean a los trabajadores. La FJA señala la necesidad de tomar medidas fundamentales que apunten a favorecer a las mayorías que padecen aún la política económica neoliberal, una política que continúa concentrando en muy pocas manos la riqueza mientras faltan políticas que fortalezcan las herramientas del Estado a favor de los trabajadores, los verdaderos impulsores del desarrollo.

En este sentido, la FJA apunta también contra esa "patria sojera" –la de los "pooles" de siembra y la oligarquía- que hoy pretende optimizar aún más las enormes ganancias que produce el cultivo de alimentos en un campo donde están los trabajadores más explotados, donde aun existe la explotación del trabajo infantil y el mayor porcentaje de empleados en negro.

Desde nuestra FJA, desde nuestra cotidiana presencia en los Tribunales de todo el país, debemos decir con toda las letras que todavía hay esclavos en el siglo XXI, y los hay acá, en Argentina. Trabajadores esclavos, sin derechos, pero con muchas obligaciones.

Por eso impulsamos aquel humanismo que proclamaba el Libertador San Martín cuando abolía la esclavitud en el Perú un 12 de agosto de 1821: "Una porción numerosa de nuestra especie –decía- ha sido hasta hoy mirada como un efecto permutable, y sujeto a los cálculos de un tráfico criminal: los hombres han comprado a los hombres, y no se han avergonzado de degradar la familia a la que pertenecen vendiéndose unos a otros. Las instituciones de los pueblos bárbaros han establecido el derecho de propiedad en contravención al más augusto que la naturaleza ha concedido."

Con estas banderas y desde esta humilde trinchera de lucha que es la Federación Judicial Argentina, estamos en la CTA y contribuimos a hacerla más grande aún juntos y solidarios con aquellos que compartimos el mismo ideario.

Estamos y somos partes del pueblo de la Patria Grande de América Latina y del Caribe que hoy teje páginas imborrables en la lucha contra el neoliberalismo y en la construcción de la integración liberadora contra el imperio, sus lacayos y cómplices.

Estamos junto a los trabajadores del mundo en la lucha por sus conquistas sociales, políticas, económicas y culturales.

Estamos -muy especialmente en este 1 de Mayo- junto a nuestros hermanos bolivianos y con el gobierno popular de Evo Morales que hoy libran un tenaz enfrentamiento con la oligarquía que no se resigna a perder sus privilegios.

Estamos en unidad bajo las banderas de nuestra FJA en su 50 aniversario.

¡Viva la Jornada Internacional de lucha de los trabajadores!

Jorge Izquierdo- secretario general de la FJA

Víctor Mendibil, co-secretario de la FJA e integrante de la Mesa Nacional de la CTA