Más de 2500 delegados estuvieron de acuerdo en la necesidad de llamar a una jornada de paro y movilización en todo el país para la primera quincena de octubre. La apertura del Encuentro estuvo a cargo de Pablo Micheli, Secretario General de la CTA Nacional.
Entre las resoluciones tomadas estuvieron luchar por: un salario básico de 5 mil pesos para los trabajadores formales, informales, de planes sociales y jubilaciones mínimas; la unificación de las Asignaciones Familiares sin tope de 300 pesos; la eliminación del impuesto a las ganancias porque el salario no es ganancia; terminar con la tercerización y precarización laboral; una nueva Ley de Riesgos del Trabajo que elimine las ART y devuelva al Estado su rol de garante de la Seguridad Social; 82% móvil para todos los jubilados; aumentar el Seguro de Empleo y Formación para los trabajadores desocupados; libertad y democracia sindical; derogación de la Ley Antiterrorista; impulsar plenarios por rama de actividad; ley para regular el trabajo de las empleadas en casas de familia (para que tengan beneficios sociales como la licencia por maternidad); una Aerolíneas Argentinas al servicio del pueblo, de las economías regionales y las necesidades sociales (Apoyar la lucha por la reincorporación de Cristian Fontana); exigir al Anses la reglamentación de la ley de Trabajo Rural y la jubilación a los 57 años; un convenio colectivo de trabajo digno y la jubilación anticipada de los trabajadores panaderos; profundizar la política internacional de la CTA para encontrarnos con trabajadores de sistemas patronales del resto del mundo; que la CTA realice una campaña por control de precios de la canasta básica y lance una campaña por la reforma agraria, entre otras.
El cierre estuvo a cargo del secretario adjunto de la CTA, Ricardo Peidro, quien llamó a seguir profundizando la organización de los trabajadores en la disputa por la riqueza que ellos mismos generan y por la búsqueda de una sociedad más justa.