La sentencia es la primera en su tipo en el país y es la consecuencia de la lucha del pueblo en defensa del medio ambiente y contra el uso con impunidad de agrotóxicos elaborados por grandes multinacionales, entre ellas la norteamericana Monsanto.
Durante el juicio se comprobó que “la fumigación, en las condiciones socioambientales en que se encontraba el barrio, puso en peligro la salud humana”.
Se decidió elevar la causa a juicio oral louego de comprobarse que en el barrio Ituzaingo el agua estaba contaminada con arsénico, por los PCB de los transformadores de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC) emplazados en el sector y los agrotóxicos por las fumigaciones. La consecuencia fue trágica: fueron denunciados 200 casos de cáncer, cien de ellos fatales. Además, sobre una muestra de 142 chicos se comprobó que 114 tienen agroquímicos en su organismo.
Víctor Mendibil, secretario general de la Federación Judicial Argentina (FJA), destacó la importancia de este fallo que –señaló– ha sido producto de una lucha de doce años de la población afectada por intereses sojeros y que, pese a la leve condena, sienta una precedente contra las prácticas contaminantes, hasta ahora impunes.