—¿Cuántos trabajadores judiciales, cuál es la representación que tiene el gremio y cuáles son principales demandas?
— Tenemos solo en el estado de San Pablo unas 35 filiales y sumamos 130.000 trabajadores solo en la justicia federal. No sumamos a los judiciales provinciales o estaduales. La justicia federal comprende a la Justicia Federal propiamente dicha, a la Justicia del Trabajo, a la Electoral y a la Justicia Militar. Somos 130.000 en San Pablo y no alcanzan. Son muy pocos para las cada vez más crecientes demandas.
—Es decir, ¿la ampliación de los planteles laborales en la Justicia sería una de vuestras principales reivindicaciones?
— Ciertamente, nosotros reclamamos la apertura en todo el país de concursos públicos para integrar los planteles de servidores de la Justicia.
—Para el sindicato, además de los profesionales, ¿también los trabajadores deben ingresar por concurso público?
Exactamente. Existe un pequeño número de casos de “cargos de confianza” que están eximidos de concurso. Pero en general todos deberían pasar por ellos, y lo estamos consiguiendo en algunos Tribunales y administraciones. Pero la principal reivindicación que tenemos es salarial.
-¿Están bajos los salarios respecto a la inflación?
— Si, el último acuerdo salarial que conseguimos con el gobierno de Lula fue en 2006, después de más de dos meses de huelga en todo el país, hasta que finalmente logramos el objetivo. Pero han pasado los meses y años, ya pasamos más de cinco años, sin acuerdo. Hay una política de congelamiento salarial en la administración pública, y tengo la esperanza de poder derrotar esa política. Sobre esta cuestión hay un proyecto en el Parlamento federal. La economía de Brasil está creciendo, nos hemos convertido en la sexta potencia mundial económica y pasamos a Inglaterra. Pero en materia social, seguimos atrasados. Como el país crece, la demanda en los servicios públicos va aumentando, en la Justicia crecen las demandas. Y la política de ajuste limita la incorporación de nuevos servidores.
-¿Cuál es el salario de un trabajadores judicial?
— Nosotros tenemos tres escalas en la justicia federal y el ministerio público: el auxiliar, que tiene una formación básica, el medio y el superior. En la escala de auxiliares y medios –la inmensa mayoría- en líneas general comienza con 3.900 reales y después de quince años llega a 6.300 reales (un peso argentino, 0,40 reasles). Los profesionales, los que tienen título y determinada especialización, comienzan con 6.500 y después de quince años llegan a 10.500. Algunos pocos con formación académica superior llegan a 15.000 ó 16.000.
—¿Qué reflexión te merece la integración de los compañeros judiciales de la región en la Coordinadora de Judiciales del Cono Sur?
— Para nosotros esta Coordinadora tiene muchísima importancia. Los grandes empresarios, que no son muchos, se organizan, acuerdan sus ganancias en una mesa con whisky y caviar, y los trabajadores en general también tenemos que organizarnos, porque lo que nos ocurre a los trabajadores de Brasil, seguramente también les pasará a los de Argentina, Uruguay y Paraguay. Lo que acontece aquí, con seguridad que les acontecerá a los de allá. Tenemos desde hace algunos años frente a nosotros los intentos del Banco Mundial por reestructurar nuestros Poderes Judiciales de acuerdo a las necesidades del poder concentrado económico, y a esto nos debemos oponer en coordinación. Debemos rechazar todos los intentos por domesticarnos, debemos coordinar la formación de los trabajadores, de los que producen, para impedir que las multinacionales nos roben. Nosotros en Brasil tenemos un enfrentamiento muy grande por los salarios, y necesitamos de la solidaridad de los judiciales del conjunto del Cono Sur para hacer más fuertes nuestras reivindicaciones. Tenemos que fortalecer nuestras demandas comunes, nuestras propuestas en el marco de la integración de los pueblos.
Reportaje del Departamento de Prensa de la FJA.