Decíamos, entonces, que es absurdo considerar que los trabajadores obtienen ganancias.
¡No! Los trabajadores perciben salario, los empresarios ganancias. Esto lo sabemos todos. Y lo saben incluso los que hoy, en el Congreso de la Nación y en el Poder Ejecutivo, discuten hipócritamente un aumento del tope para el mínimo no imponible cuando lo que tendrían que discutir es la derogación lisa y llana del impuesto al trabajo: porque eso es, y no otra cosa, el tan famoso impuesto a las ganancias.
Es absurdo que los trabajadores tributemos GANANCIAS, especialmente cuando las rentas del capital por operaciones especulativas, en el mercado financiero y de capitales están exentas.
¡Las fabulosas ganancias de las grandes corporaciones transnacionales pagan impuestos mínimos! ¡Las rentas de los plazos fijos no pagan impuestos! ¡Tampoco las ganancias provenientes de las ventas de acciones! ¡Los jueces no pagan ganancias! ¡Todo ello es un absurdo o, peor, el mayor de los cinismos!
Los trabajadores necesitamos esclarecer al conjunto de la sociedad del disparate conceptual que significa hacernos pagar a los trabajadores en actividad y una franja de jubilados el impuesto a las ganancias.
En todo caso, lo único admisible es que se establezca un impuesto especial para aquellos que ganen por encima del salario que por todo concepto perciben los jueces de la Corte de la Nación, que no tributan ganancias. Es inadmisible cualquier otro tope.
Es necesario explicar una vez más que los impuestos indirectos, al consumo, son la principal fuente de ingresos del Estado en la Argentina. Solo el IVA representa el 42% de la recaudación de impuestos, contra un 25% del impuesto a las ganancias.
El IVA lo pagan ricos y pobres, siendo mayor la incidencia en los de abajo.
Lo que verdaderamente debe discutir el Congreso de la Nación, si es que se quiere legislar para el pueblo y no para las grandes empresas y el establishment económico y financiero es un nuevo sistema impositivo.
Es urgente modificar el régimen impositivo en la Argentina. ¡Más impuestos directos y menos indirectos!
Hay que gravar a los que más tienen. El crecimiento económico fue a las ganancias empresarias, de las principales empresas de la cúpula.
Por eso, ante la farsa legislativa y la traición de tantos que se llaman dirigentes sindicales y viven y son en realidad empresarios, decimos, una vez más.
¡No al impuesto a las ganancias para los trabajadores! ¡Si al impuesto a las rentas del capital y la especulación!
Buenos Aires, 1 de abril de 2011
Víctor Mendibil Secretario General Federación Judicial Argentina
Contacto de Prensa: Víctor Mendibil, Secretario General de la FJA: (011) 15-5165-1058