Cuando uno acumula algunos años en el desenvolvimiento de sus tareas laborales dentro del marco de la Justicia da por sentado que esta siendo parte irrestricta de un modelo que nos garantiza el cabal cumplimiento de lo que establece nuestra soberana Constitución.

Nuestra Constitución modelo innegable de garantía del bien común para todos y cada uno de los habitantes de este país, hasta por el solo hecho de pisar suelo Argentino, pero es ahora con los acontecimientos que nos tocan vivir cuando se me dificulta creer y voy a expresarme a titulo personal, no escudándome en la Asociación Judicial a la cual me siento honrado de pertenecer para decir lo que como cristiano me duele y no puedo concebir.

Mucho se habla de las ambiciones salariales de este poder, se nos tilda de eternos disconformes y ser los que mas ganamos dentro del sector de empleados públicos, pero poco y nada se dice que ello ya paso a ser historia. No solo nuestros salarios están deprimidos, sino que hace 3 años que no recibimos un aumento real, solo paliativos, ayudas económicas en negro que sumergen a nuestros compañeros jubilados que nada perciben en victimas de este sistema. Los abogados invocan a los justiciables, yo invoco a la sensibilidad y solidaridad de quienes son la patronal en primer termino y de quien nos gobierna por ser el único que tiene en sus manos la solución a este conflicto para nada deseado.

Queremos trabajar con dignidad, pero queremos la misma dignidad para aquellos que forjaron este Poder Judicial nuestros compañeros jubilados. El 16 de este mes estaremos recordando nuestro día, lejos de celebrarlo, saludo a toda la familia judicial y los insto a seguir luchando en pos de recuperar no solo nuestros salarios sino también la dignidad que pretenden quitarnos aquellos que deberían acompañar nuestra lucha.

Edgardo Francisco Vecchietti

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