En primer lugar debo aclarar que quién se dirige a tan prestigioso público no ostenta el título de abogado o Dr., mi nombre es Oscar Atilio Massari, soy consejero de la Pcia. del Chubut, en representación de los trabajadores judiciales, actual presidente 2do. Suplente del Consejo de la Magistratura de la Pcia. del Chubut. Esta aclaración la realizo atento a figurar en el programa como Dr. y viene bien hacerla, ya que da pie para manifestar e informar lo que para otros consejos resulta curioso, cual es, la conformación del Consejo de la Magistratura de mi Provincia. Dicho consejo está conformado por 14 miembros, de los cuales 6 no poseen título de abogado, los 5 populares y el representante de los empleados judiciales, asimismo los populares no pueden ser empleados judiciales.
Hecha esta aclaración y abocado al tema por el cual luego debatiremos, debo decirles que no vengo a hablarles sobre la experiencia que ya tenemos en la capacitación y sino de la necesidad que tenemos de crear una escuela de “formación” de aspirantes a Jueces y funcionarios del Poder Judicial.
Sobre mi experiencia como consejero les comento que a poco de asumir el cargo comenzamos a verificar la dificultad que teníamos para seleccionar Jueces penales, específicamente para la ciudad de Comodoro Rivadavia, no así con otros cargos y con otras ciudades. Debo decirles que la ciudad de Comodoro Rivadavia tiene aproximadamente 350.000 habitantes, se ubica al sur de la Pcia. del Chubut, donde se necesitan como mínimo 11 jueces penales y en la actualidad hay 6 jueces en funciones. Después esta dificultad para seleccionar se extendió a fiscales de Comodoro Rivadavia, y ahora observamos con preocupación que se está extendiendo a otras ciudades y en diversos cargos, generalmente cuesta designar y tener candidatos a aspirantes. En un principio se pensó que sólo era el caso de Comodoro Rivadavia, por cuestiones económicas, costo de vida etc. Con el correr del tiempo se empieza a apreciar que en la casi generalidad de los cargos hay pocos candidatos anotados, tanto de nuestra provincia como de otras provincias del país, muchos de los que lo hacen luego no se presentan y los que concursan no alcanzan las condiciones mínimas exigidas para el cargo, mayormente se declaran desiertos, o nos toca decidir entre dos o tres candidatos de nivel medio o que alcanzan mínimamente a reunir las condiciones técnicas exigidas. Son raras las ocasiones, y créanme que las festejamos, cuando podemos seleccionar entre dos candidatos de excelente nivel, que a veces sucede, pero la menor de las veces.
También estamos observando que no se presentan funcionarios de menor cargo, como ser auxiliares letrados, abogados adjuntos, funcionarios de fiscalía, defensoría, secretarios etc, para cargos de mayor responsabilidad. Entonces concluimos: o no quieren asumir cargos de mayor responsabilidad y prefieren conservar uno menor o se anotan pero después no se presentan por temor al examen ante el Consejo de la Magistratura. Están también los que con un bajo nivel de preparación se presentan a ver que pasa, como se dice popularmente “se tiran a la pileta”.
Todo esto nos hace pensar en la necesidad de la creación de una escuela de capacitación y “formación” de aspirantes a magistrados, defensores, fiscales y funcionarios del Poder Judicial de nuestra provincia. Actualmente existe la Escuela de Capacitación en el Poder Judicial dependiente del Superior Tribunal de Justicia, pero la misma no cumple con las necesidades y objetivos que estamos planteando en esta ocasión.
La escuela que actualmente funciona organiza jornadas de actualización de diversos temas procesales o de fondo, con duración de dos o tres días o a lo sumo una semana. Lo que se está planteando en esta ocasión es la creación de una escuela judicial que forme y capacite, previo a un examen ante el Consejo de la Magistratura , a abogados en el ejercicio privado de su profesión, funcionarios, empleados judiciales con título de abogados para ir conformando posibles aspirantes a la Administración de Justicia con un nivel óptimo de preparación, con el perfil que se necesita y dispuestos a asumir las responsabilidades que el cargo amerita e incluir también a los empleados judiciales sin título de abogado, porque en un futuro pueden elegir esa profesión o también para especializarlos y actualizarlos permitiéndoles ascender en la carrera judicial, todo en beneficio de una mejor administración de justicia. En cuanto a los empleados judiciales con titulo de abogados se los puede ir preparando para que asuman cargos de adjuntos, auxiliares letrados o secretarios e ir haciendo experiencia y acreditando los 7 años que la Constitución les exige para así en un futuro ser posibles jueces, fiscales o defensores. Por supuesto que en relación a los abogados privados o funcionarios en ejercicio con 7 o 10 años acreditados, según el caso, se los formará y capacitará para acceder a cargos de jueces, defensores, fiscales o camaristas. La experiencia de otras escuelas en funcionamiento indica que dichos programas deberán tener una duración de un año e ir egresando los candidatos y estar en condiciones de participar en un concurso. No debería ser obligatorio el tener que realizar la capacitación como requisito para poder concursar, será de libre elección del aspirante, pero el que lo realice tendrá una herramienta más para poder dar un buen examen tanto en lo técnico como en lo personal, obtener el perfil que se busca y asimismo para los que no se presentan por temores, los dotará de mayor seguridad a la hora de participar y los irá puliendo y afinando en sus conocimientos y al pleno del Consejo de la Magistratura lo dotará de mayor número de candidatos en un nivel adecuado de preparación. Sobrados ejemplos hay en el mundo de que estas escuelas funcionan y muy bien y cumplen con los objetivos para las que fueron creadas, tal es así la conformación de la red iberoamericana de escuelas judiciales donde en los últimos años han proliferado múltiples contactos con la red europea que agrupa a países de la Unión Europea , las escuelas judiciales de España y Francia, El Centro de Estudios judiciarios de Portugal, El centro de estudios judiciales del Uruguay, La Escuela nacional de la Judicatura de la República Dominicana , La academia judicial de Chile, entre muchas otras escuelas, entre ellas la de los Estados Unidos de Norteamérica y en nuestro país de las más antiguas en la provincia de Chaco, por nombrar algunas, donde se resaltan en numerosos documentos el motivo de sus creaciones, como “la de brindar a los abogados que tuvieran vocación de ser jueces un espacio de especialización, constituir un centro de irradiación para toda la judicatura que comprenda no solo la preparación de los que desean ser jueces, defensores, fiscales o secretarios, sino también el constante apoyo a los que ejercen la magistratura y a los auxiliares de la justicia en especial a los empleados judiciales. La creciente importancia del papel del Juez en las sociedades democráticas hace pensar que pase al primer plano el tema de su formación, la legitimación del juez no es de origen sino de ejercicio, es decir que se deriva del adecuado cumplimiento de sus funciones, es por esta razón que la profesionalidad del juez y por ende su formación deviene fundamental. La escuela Judicial tiene una doble función formativa y selectiva. Es obvio que un juez debe ser un buen técnico un conocedor del ordenamiento jurídico que debe aplicar en el ejercicio de su función, pero también es evidente que no son suficientes los conocimientos de derecho para desempeñar el papel que el Juez tiene asignado en un estado de derecho. La capacitación inicial ha de partir de la base que el candidato a Juez posee ya un buen conocimiento del derecho adquirido en anteriores etapas formativas. Las escuelas judiciales no pueden asumir la tarea de proporcionar un completo y exhaustivo conocimiento de las materias jurídicas. Esto significaría confundir su papel con el de la universidad. La escuela Judicial debe concentrarse en enseñar al candidato a juez, razonar en derecho, a valorar pruebas, a ponderar intereses a hacerle consiente del contexto social en el que va a producir efectos su resolución. Debe igualmente proporcionarle saberes complementarios no estrictamente jurídicos, pero indispensables para la práctica de la jurisdicción, por ejemplo, técnicas de mediación, buen trato y relación con los recursos humanos para una mejor dedicación de los mismos, capacitación básica en materias instrumentales como informática e idiomas y técnicas de gestión de las oficinas judiciales, entre otras. En algunas escuelas existe un asesor psicológico encargado, principalmente de cooperar en el proceso de selección de los postulantes que aspiran al ingreso a la carrera judicial. Los cometidos esenciales de la escuela judicial son la formación y capacitación de los aspirantes para el ingreso a la magistratura y la formación continua de los magistrados y empleados en actividad, teniendo en cuenta que el objetivo del curso de aspirantes no es reiterar la formación obtenida en la facultad, sino capacitar al postulante desde la perspectiva especifica del ejercicio de la función”.
Ya finalizando resumo de los documentos a los que me referí precedentemente, que cuando se alude al perfil del juez, “se trata de identificar las cualidades y condiciones que debe reunir una persona para que pueda ser considerado un buen juez, es decir el funcionario que la constitución le atribuye la función de juzgar. Al momento de seleccionar hay que observar de los aspirantes que posean determinados valores morales y éticos, como por ejemplo la independencia externa que refiere a la independencia que posee el poder judicial de otros poderes del estado o centros de poder y grupos de presión, la independencia de criterio, que constituye un atributo personal de los jueces, la función de juzgar consiste en tomar la decisión que se considere más adecuada, justa y conveniente aunque ello implique discrepar con sus superiores pero cuidándose de no caer en una actitud cómoda y repetirse sin atender a las particularidades de cada caso y sin repensar las soluciones jurídicas. En este sentido debe actuar con grandeza de espíritu y no con necedad, también se espera de un juez que tenga espíritu creador, que sea imparcial, humilde, prudente, con inquietud de formarse y capacitarse permanentemente, que sea responsable, con autocrítica, cortés, íntegro, transparente y motivado a expresar de manera clara y ordenada las razones jurídicamente válidas para justificar la decisión”.
En consecuencia por los motivos expuestos y fundamentados anteriormente pongo a debate y consideración de este foro la necesidad que tenemos los integrantes del Consejo de la Magistratura de la Provincia del Chubut de crear la escuela de capacitación y formación de Magistrados, funcionarios y empleados judiciales, y que esperamos y pretendemos luego de ello, que este FORO DE CONSEJOS DE LA MAGISTRATURA nos acompañe y se manifieste en un documento o acta, la necesidad de crear esta escuela en la Provincia del Chubut, por considerarla una herramienta muy útil y esencial para una mayor captación de aspirantes, permitir su capacitación y formación y posibilitar así una mejor y adecuada selección de magistrados y funcionarios.
Motivados y movilizados con este acta el Consejo de la Magistratura de la Provincia del Chubut, dará inicio a las gestiones y convenios correspondientes entre la actual Escuela de Capacitación, el Superior Tribunal de Justicia, la recientemente creada Secretaría de Estado de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia , La Facultad de derecho de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Colegios de Abogados de la Provincia , Asociación de Magistrados y Funcionarios Judiciales de la Provincia del Chubut, Sindicato de Trabajadores Judiciales de la Provincia del Chubut y todo otro organismo e institución que se considere necesaria a los fines de su puesta en funcionamiento como institución, integrando su comisión directiva y dotándola presupuestariamente para funcionar.
Es nuestro deseo como Consejo de la Magistratura de la Provincia del Chubut que la creación de esta Escuela sea el punto inicial para que prontamente se pueda intentar la creación de la Escuela NACIONAL de Capacitación y Formación de Magistrados, funcionarios y empleados judiciales, para que estas Escuelas puedan actuar y discutir en concordancia y vinculación con otras escuelas del país a efectos de que futuros candidatos de todas las provincias puedan estar en igualdad de condiciones que los candidatos de esta provincia. Muchas gracias por la atención y el respeto dispensados.