Este agosto la Radioemisora La Colifata cumplió 18 años. Nació sin apoyo institucional, sin medios técnicos y económicos, pero con la férrea voluntad de un grupo emprendedor que pensó que sería buena idea crear un espacio de diálogo radial entre los pacientes del Hospital Neuropsiquiátrico Borda de Buenos Aires, y de éstos hacia la comunidad, como terapia de recuperación de pacientes diagnosticados con psicosis.
El objetivo tenía fortaleza: romper el mito de que la locura es sinónimo de exclusión. Hoy, ese objetivo ha sido sobrepasado y La Colifata , LT 22, es un espacio para internos y ex internos, para los que deberían ser internos y para todos aquellos que necesitan que la salud mental sea un derecho, es decir, para todos aquellos que vivimos alienados por los tantos golpes de medios de comunicación monopolizados que propalan la desinformación con dosis de estupidización colectiva a través de la “tinellización”.
Pues bien, si hoy pretendemos un poco de salud mental, escuchemos La Colifata , ese espacio donde los excluidos en el “manicomio” nos proponen inclusión, nos ofrecen radioterapia y nos regalan su frecuencia para un encuentro de libre expresión.
Si, en esta sociedad enferma de consumismo y de marginalidad, de profundas desigualdades sociales, la existencia de La Colifata es “cosa de locos”, una saludable realidad que nos invita a una reflexión para modificar esas formas de pensar y actuar que comúnmente tienden a discriminar y aislar a las personas “diferentes”.
Cuando el 3 de agosto de hace 18 años nació La Colifata , era algo único, hoy en gran parte de los psiquiátricos públicos y privados del mundo hay talleres de radio.
Alrededor de 700 pacientes participan de La Colifata , pero ahora esta radioemisora es el “remedio” para cuatro millones de escuchas que se conectan cada sábado en todo el país y en el mundo.
Entre esos escuchas, no son pocos los trabajadores del Poder Judicial de la Argentina , nucleados en la Federación Judicial Argentina (FJA-CTA), que sintonizan LT 22 para “pasarla bien”, para desalinearse de tantos miles de expedientes judiciales que aplastan y de muchos altos magistrados que aun viven las épocas del autoritarismo, que criminalizan la protesta social, que ven con desprecio a los colifatos y a los “negritos de mierda” y que, si por ellos fuera, seguirían aplicando electroshocks a cualquier humano que se rebele frente a las injusticias.
Pues bien, queridos hacedores de La Colifata , vaya nuestro reconocimiento, nuestro agradecimiento, nuestro abrazo por la tanta dignidad que nos brindan. Feliz cumpleaños.