En la noche del 27 de julio de 1976 las fuerzas armadas cortaron la energía eléctrica en la Ciudad de Libertador San Martín (Jujuy), donde secuestraron a alrededor de 400 personas, quienes fueron llevadas a un centro clandestino ubicado dentro del Ingenio Ledesma.
Entre los secuestrados estaba Luis Aredez, un médico que había llegado al pueblo durante la década del ’60 junto a su esposa, Olga Márquez, y que luchó contra la impunidad de los dueños del Ingenio, que es como decir, de los dueños de todo. Luis, al igual que tantos otros, continúa desaparecido.
Desde aquella noche fatídica, conocida como “La Noche de los Apagones”, Olga comenzó a clamar Justicia. Primero, sola con su alma, en largas noches de desvelo. Después, también sola, pero con un pañuelo blanco sobre su cabeza y una pancarta, dando vueltas todos los jueves a la Plaza de Ledesma.
Los habitantes del pueblo fueron perdiendo poco a poco el miedo y comenzaron a acompañarla. Así llegaron las marchas que en cada aniversario de “La Noche de los Apagones” unen Calilegua con Libertador General San Martín clamando Justicia.
Olga Márquez de Aredez murió de cáncer, agravado por la bagazoosis que produce la caña que quema el Ingenio y que contamina a muchos pobladores y trabajadores golondrinas.
Su lucha incansable, como su propia muerte, nos recuerdan que queda mucho camino por desandar para que, en esta tierra arrasada, reine por fin la Justicia. Ahora ella, nos estará mirando.