Si de algo en especial se ha cansado el SINDICATO DE TRABAJADORES JUDICIALES DE RIO NEGRO (SITRAJUR) es de los subterfugios, los disfraces y las mentiras que emanan de diversos sectores del Estado, para agravar un cuadro desde hace varias décadas caracterizado por la arbitrariedad y la injusticia.
A todos nos quisieron vender que el Consejo de la Magistratura, por sí solo, sin condicionamiento alguno, era un avance para la democratización y, sobre todo, para la despartidización del Poder Judicial, sean cuales fueren sus formas de composición y de funcionamiento.
Nada más alejado de la realidad. En nuestra provincia se ha convertido lisa y llanamente en una gran mentira y en una gran parodia, que nos obliga a ser testigos presenciales de cómo en la realidad es un instrumento perfeccionado del partido gobernante para manejar a gusto y paladar las designaciones y poner al Poder Judicial cada vez más lejos de alguna posibilidad real de autonomía o de independencia.
La presencia del Ejecutivo y del Legislativo, total y absolutamente protagónica, para designar a nuestros magistrados, violenta y destruye uno de los principios fundamentales de la vida republicana que es la división de poderes, que todos, sin excepción alguna, tenemos la obligación no sólo de respetar sino también de fortalecer todos los días.
En momentos que de manera grandilocuente se habla de grandes reformas estructurales, aprovechemos para modificar en este aspecto la constitución provincial y erradiquemos esta verdadera lacra, para generar uno de los tantos hechos que podrá lograr que en lo porvenir la administración de justicia se ponga realmente al servicio de toda la comunidad, pero en un verdadero plano de equidad y de similitud de oportunidades y de posibilidades.
A mayor abundamiento, corresponde precisar que, a la recíproca, el Poder Judicial no se entromete en ninguna de las designaciones de los ministros ni demás autoridades del Ejecutivo ni de sus iguales del Legislativo, con pleno ajuste a la naturaleza del ámbito que le corresponde.
Los trabajadores judiciales de las provincias de Entre Ríos, de Santa Cruz y de Chubut integran los respectivos consejos de la magistratura, como muestra de un avance que hasta ahora se ve muy lejano en Río Negro.
No pedimos ser el único sector a incorporar. Los colegios de magistrados, las facultades de derecho, el pueblo en forma directa, tienen que estar presentes para hacer realidad los objetivos que se escriben con la mano y se borran impunemente con el codo.
Entre todos podremos generar la evolución que significa un consejo de la magistratura de conformación democrática, no partidaria y constituido en verdadero baluarte de una independencia judicial, que por ahora, en nuestra provincia, a la luz de la realidad, sigue siendo una de las más grandes mentiras y una de las mayores parodias.