Este pluralismo y esta línea unitaria de conducta se ha mantenido a lo largo de los 45 años de existencia de la CLATE, y son un ejemplo de la necesaria unidad de clase.

Sin embargo, esta concepción no ha sido acompañada por largos años en organismos internacionales como la CIOLS y la ISP que, hasta hace poco (con la excepción de algunos compañeros de la ISP) se opusieron a la unidad, a la participación de todos en la CLATE, una CLATE que siempre convocó a la unidad sin exclusiones y que en los años 90 –con la ofensiva neoliberal– siempre se opuso a las privatizaciones, a los ajustes, a la flexibilización, actitud que se vio reflejada en múltiples movilizaciones en los distintos países, conjuntamente con los movimientos sociales, lo que dio nacimiento a construcciones de la resistencia como el Foro Social Mundial o la lucha contra el ALCA. Y así se abrió camino en América latina a la conquista de gobiernos progresistas.

Esta lucha se hace permanente para los estatales que todavía sufrimos las políticas flexibilizadotas y la injusta distribución de las riquezas que quedaron de aquella época.

Por eso, como lo señaló el Congreso de la CLATE, debemos seguir construyendo en unidad y pluralidad de los trabajadores para continuar esta lucha por nuestros sueños, que fueron los sueños de los Libertadores, de una América latina liberada en la que el protagonismo de los trabajadores sea su expresión más avanzada.

Tal expresión la hemos avalado en el XI Congreso con la presencia de delegaciones de estatales de 17 naciones. Con ellos estábamos los fundadores, los continuadores y los jóvenes, unidos en este compromiso de lucha.

El Congreso de la CLATE me ha incorporado, junto a otros destacados compañeros, en el Comité Asesor Político de la organización, cosa que me enorgullece y congratula: lo asumo con el compromiso de siembre hacia la clase trabajadora.